ambiar, elegir, buscar una mejor alternativa o seguir con lo mismo de siempre, dependerá de cada uno de nosotros. Aunque, a estas alturas ya no importan los partidos. La mayoría ya no somos tan colorados, ni tan liberales. De tantas malas experiencias, ya aprendimos que hay que saber elegir, sin importar el color. Ese color que hasta ahora lo mantiene al Paraguay con la peor educación en el mundo, sumido en la ignorancia y en la pobreza.
Si bien, el actual candidato de la lista 1, Mario Abdo Benítez (Marito), llegó a estas instancias favorecido por la cuestionada administración del actual presidente Horacio Cartes, su candidato “liberado” Santiago Peña, y los escandalosos audios que involucró al senador oficialista Óscar González Daher, quien incluso perdió la investidura; hoy cometió el peor error de su vida política: involucrarse con los más odiados. La unidad que en vez de sumar, le va restar.
Además, en el oficialismo existen otros tantos candidatos de muy mala imagen, muy cuestionados por la sociedad como Javier Zacarías Irún, candidato a senador, su hermano, Justo Zacarías, exgobernador y actual candidato a diputado, entre otros. Pero, sin dudas, entre todos los personajes manchados que tiene Marito en su grupo, González Daher es el que resta y puede representar la nueva caída de la ANR.
En la otra banda se encuentra Efraín Alegre, otro que no tiene buena referencia, cuestionado por cuando fue Ministro de Obras Públicas, como “la ruta de la mentira”; una frase que utilizan mucho los oficialistas actualmente. Es un rumor o una estrategia de los colorados que nunca fue comprobado, al igual que los dichos por el ex ministro Rafael Filizola, quien también es parte del equipo.
Según los entendidos, Efraín estaría mejor posicionado que su contrincante Marito. Favorecido por lo que representa la Gran Alianza Nacional Renovada (GANAR) que aglutina varios partidos y movimientos, incluyendo alguna parte del Partido Colorado y sin dudas fortalecido por la figura del expresidente, actual senador y nuevamente candidato al mismo cargo, Fernando Lugo.
Lo cierto y lo concreto, es que nosotros tenemos que decidir el futuro del Paraguay. Urge el cambio. Urge y nos merecemos un país mejor. Un Paraguay con hospitales que brinden un servicio medianamente buena a la gente, más inversiones en educación, más seguridad, trabajo digno, con mejor salario para la clase obrera, docentes, médicos, policías, muy marginados últimamente. Asimismo la agricultura familiar necesita el apoyo del gobierno.