Cada año menos agua ingresa por el canal paraguayo, esto principalmente por la sedimentación con arena y palos que hacen que el río pierda fuerza y retroceda por el desnivel existente.
A esto se suma que el canal de reparto ya perdió su vida útil. Si bien los pobladores advirtieron en varias oportunidades a las autoridades del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) y al propio organismo especializado (Comisión del Pilcomayo), de lo que podría ocurrir, no se previeron las consecuencias.
Con el canal que realizaron el año pasado no se logró el ingreso en cantidad y fuerza del agua hacia territorio paraguayo, por lo que los pobladores habían denunciado que los trabajos no se realizaron con la limpieza necesaria.
Consecuentemente, el agua no cargó los principales reservorios y nunca llegó a General Díaz.
Es por eso que ya no se puede hablar de una crisis por falta de agua del río en la zona rivereña del Pilcomayo, según una pobladora de la zona de la Chaqueña, Nirma Servín. Mientras tanto, los pobladores lentamente van acostumbrándose a vivir sin el río, a no depender de él y buscar una forma de reemplazarlo.
El Pilcomayo ofreció una riquísima variedad de fauna y flora años atrás, por eso cuando el caudal fue descendiendo comenzó la desesperación, por el peligro de perderse vida silvestre como también a animales menores, propiedad de los lugareños.
Algunos yacarés fueron rescatados el año pasado y actualmente están en esos pozones o migraron a alguna laguna del lado argentino.
Lo del cauce o brazo del Pilcomayo, solo un poblador puede identificar y señalar con precisión. Gran parte es un verdadero monte impenetrable de palos bobos.
Existen alrededor de 300 familias afectadas por la falta de agua potable. Algunas hiceron pozos someros, pero con la sequía se vuelven salinas.
Cada año el ingreso del río es menor y hace aproximadamente un mes y un poco más el caudal en el lecho principal es de unos 23 m3/s que para un reparto es muy difícil aun en las mejores condiciones del canal.
Vía Última Hora